miércoles, 2 de febrero de 2011

Clifford Geertz: Conocimiento local

Todos queremos hablar sobre arte pero sigue resultando un concepto sin límites muy bien definidos, viviendo como ente que se encuentra ahí, sabemos que existe, pero no terminamos de concebirlo y acotarlo como nos gustaría… Sí que tiene un sentido, pero no a todos les ofrece la misma “experiencia estética”… ¿tenemos que estudiar profundamente el arte para poder entenderlo? ¿Si actualmente una de sus cualidades es la expresión de sentimientos…porqué raras veces y solo algunas personas lo perciben? ¿Por qué algo que antes resultaba bello ya no lo es tanto para nosotros? Muchas veces el debate técnico de las obras artísticas se convierte en la puerta abierta hacia la legitimización de las mismas, en sus relaciones formales. Ahora bien, esas definiciones técnicas las respaldamos aquí, pero no consideramos que en el seno de otras culturas exista un debate técnico distinto, una simbología, unos valores o propiedades formales diversas. El estudio de Geertz une Arte y Cultura y estudia varios ejemplos a lo largo de la historia de diversas culturas. A mí me ha hecho comprender algunas cosas. Y no entender otras cuantas.
 “se origina en una sensibilidad característica en cuya formación participa el conjunto de la vida, una sensibilidad en la que los significados de las cosas son las cicatrices que los hombres dejan en ellas”…
Una de las ideas que podemos comenzar a cuestionarnos del texto de Clifford Geertz se trata de la noción estética que otorgamos en Occidente al arte como algo inherente al mismo o como algo que se debe percibir. ¿Nacemos con el poder de percibir esa belleza? ¿O se va articulando en relación a nuestro entorno, a nuestra cultura, a nuestra vida? ¿Todos percibimos de la misma manera? ¿Qué es lo bello? Cuando Geertz comienza a hablar  de esa sensibilidad patente colectivamente con esa profundidad tan grande como la misma existencia me hace pararme un momento y pensar.  Me aleja de esa concepción y endiosamiento del poder estético (y también del funcionalista, aunque esto no quiere decir que sea estético) atribuido al arte constantemente. La unidad de forma y contenido es, allí donde se produce y en grado en que se produce un acto cultural. Las imágenes, los sonidos, los colores con ciertos significados intrínsecos para mí no son los mismos en toda la historia de la vida. En los estudios de Geertz de diversas culturas como los Yoruba, la línea o el color tienen un significado concreto y representan unos sentimientos particulares. “El ojo de la época” con que definimos e interpretamos lo símbolos se metamorfosea continuamente y atiende a necesidades dispares. Estos símbolos se encuentran inmersos en la propia sociedad que los crea y no pueden concebirse por separado; la capacidad para descifrar significados está presente en la experiencia colectiva. Arte y vida se unen, pero no se unen instrumentalmente sino ideacionalmente, en un plano semiótico constitutivo de la sociedad en que se encuentra. Los que formamos una comunidad concreta nos comprendemos y comprendemos de maneras diversas. Quizás, y como hemos dicho en clase, el hecho del grafismo o  de dibujar es un acto que se ha producido en todas las culturas y civilizaciones. ¿Cómo podemos entender que la simbología, el significado, las maneras de hacer son las mismas? Quizás sea una actividad universal, pero no por eso significa lo mismo. Es el mismo impulso, quizás el mismo sentimiento, que te empuja a crear una forma, la cuestión es el significado que le coloquemos…

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